Los proyectos multipropósito de agua
Karen Price
Coordinadora Nacional del Proyecto Glaciares+
Artículo publicado en el Diario El Peruano
Empezaron las celebraciones por el Día Internacional del Agua y con gusto vemos a autoridades, como las ministras del Ambiente y de Agricultura y los jefes de la Sunass y la Autoridad Nacional del Agua, impulsando actividades de sensibilización necesarias en una sociedad que aún no valora como se debe el recurso hídrico.
Si bien son diversos los retos por resolver en este campo, uno en particular nos hace pensar que aún hay mucho por trabajar. Este reto es la multisectorialidad. Prácticamente en toda la legislación aparece que la gestión debe ser multisectorial en temas ambientales, hídricos, de riesgos e inversión. Sin embargo, son pocos los caminos que se proponen desde el Estado para concretarlo.
En general, el diagnóstico de la zona rural es conocido: baja eficiencia en los usos del agua, usuarios poco organizados, limitadas capacidades de gestión, alta exposición de la población a inundaciones, sequías, aluviones, mayor presión por el recurso debido al incremento de la población, entre otros factores.
El desafío principal es encontrar soluciones integrales a esta situación. Y, allí, los proyectos multipropósito son una buena alternativa. Pero ¿qué son los proyectos multipropósito? Son proyectos multisectoriales que buscan aprovechar el agua de manera sostenible, generando múltiples beneficios y satisfaciendo más de una demanda. Estos proyectos se diseñan mediante un proceso participativo que integra las necesidades de diferentes usuarios de agua y tomadores de decisión.
Tener un proyecto multipropósito del agua es, para muchos, un ideal; y para otros, casi un imposible. Entre aquellos que cuentan con conocimiento técnico de infraestructura hidráulica –por ejemplo, la construcción de presas–, esto no es una novedad. Lo distinto es que se busca aprender de las lecciones acumuladas en otras experiencias, desde hace más de 40 años.
¿Qué ocurría en el pasado? Muchas represas fueron diseñadas para un solo uso: agricultura, energía o consumo poblacional. Muchos expertos dirán que varias represas tienen más de un uso, pero esos usos se han ido sumando en el camino, ante la aparición de nuevas demandas y conflictos.
El cambio climático nos pone hoy la valla más alta, ya que los escenarios son inciertos y más complicados. Además, la sociedad tiene mayores requerimientos, luego de atravesar por situaciones difíciles en cuanto al acceso y disponibilidad del agua.
Un proyecto multipropósito plantea que el consenso sea un requisito entre los usuarios, que el concepto de adaptación al cambio climático y gestión de riesgos sea claro, que se complemente con infraestructura verde y que genere, sobre todo, una mejor calidad de vida para la población. Los avances en metodologías ingenieriles y en procesos sociales son muchos; el reto ahora es facilitar la ejecución de este tipo de proyectos en los procesos de inversión pública y privada. El Ministerio de Economía y Finanzas tiene una iniciativa que permitiría establecer los lineamientos de inversión respectivos. Esperamos que sea el inicio del cambio.